Valor Añadido - Beatriz Patiño Alves Abogado Derecho digital, derecho tecnológico, derecho de las nuevas tecnologías, Derecho de la industrial, competencia desleal y derecho de la publicidad Madrid y A Coruña
Cuento entre otros con valores añadidos como: conocimiento, excelencia, soluciones e innovación.
16773
page-template-default,page,page-id-16773,bridge-core-2.7.0,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-theme-ver-25.5,qode-theme-bridge,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.6.0,vc_responsive

Valor Añadido

Conocimiento en profundidad de las áreas de especialización jurídicas relativas al Derecho de consumidores, nuevas tecnologías, propiedad industrial, propiedad intelectual, competencia desleal y publicidad.  Esta experiencia profesional viene avalada –en primer lugar-  por mi trabajo como letrada desde finales de 1995 hasta el año 2011; y, posteriormente, como magistrada en la jurisdicción civil desde 2011 hasta 2015. Consecuentemente, he tenido la suerte de desempeñar dos profesiones que me han aportado una visión global –sobre todo- del procedimiento judicial civil y de la importancia que tiene el conocimiento del Derecho, para determinar –en cada caso- la solución adecuada. Mi experiencia como magistrada  me ha proporcionado no solo un conocimiento exhaustivo de la jurisdicción civil, sino también la capacidad de resolver y proporcionar soluciones prácticas y eficaces ante los asuntos que se me han planteado a lo largo de mi vida profesional. Por otra parte, el desarrollo de otra profesión como la docencia me ha obligado a abordar el estudio de las diferentes materias de Derecho mercantil desde una óptica integral. Un doctorado en Derecho enseña a investigar, a preparar la mente para un análisis crítico de las situaciones, a estructurar el pensamiento; y sobre todo, a conocer estas materias con la exhaustividad y el rigor necesario, para comunicar con simplicidad lo complejo, puesto que la esencia del Derecho es resolver problemas proporcionando respuestas inmediatas y eficaces.

 

“Si no lo puedes explicar con simplicidad es que no lo entiendes bien” Albert Einstein.

 

Compromiso es una actitud clave que define mi personalidad al desarrollar mi profesión. Mi compromiso como letrada va más allá de cumplir mis obligaciones con mis clientes, busco sorprender con mi trabajo porque la prioridad es la satisfacción del cliente y resolver sus problemas de manera óptima. El compromiso con mi profesión me lleva a apasionarme intelectualmente con lo que hago porque el Derecho está vivo y son los profesionales como yo, quienes logran –a través de sus decisiones- que se escriba y reescriba continuamente la interpretación de las normas y su adecuación a cada caso concreto. Mi compromiso como letrada está por encima de lo legalmente correcto, va más allá porque busca que la obligación contraída con el cliente se resuelva no con una solución adecuada, sino con la respuesta maestra. El compromiso que he adquirido con mi trabajo implica responsabilidad, superación y valentía al emprender un nuevo proyecto porque constantemente estamos aprendiendo y ese compromiso me permite mejorar continuamente lo que soy como profesional.

 

Excelencia en el trabajo que desarrollo es mi máxima. A lo largo de mi vida profesional, fuese cual fuese la labor desempeñada, siempre supe que conseguir la excelencia implicaba voluntad férrea, trabajo constante y esfuerzo perseverante. Profesionalmente, nada responde a la casualidad, ni al azar. Resulta imprescindible intentar la excelencia y conseguirla para que sea el sello de identidad de mi trabajo. Mi lema es “si tienes que llevar a cabo un proyecto hazlo lo mejor que sepas, que sean tus logros los que hablen de ti”. Cada asunto, independientemente del cliente, es un reto con toda la complejidad que entraña la interpretación del Derecho. En el ámbito jurídico dos más dos no tienen por qué ser cuatro. No se trata de una disciplina del conocimiento que responda a una ciencia exacta. Todo lo contrario: la medición de los tiempos y las diversas soluciones alternativas a un mismo problema determinan el éxito del resultado en la toma de decisiones. La excelencia, o el intento por conseguirla, me  motivan a trabajar con persistencia para encontrar la solución más adecuada para cada caso propuesto. La interpretación del Derecho es mi pasión, sobre todo en las nuevas tecnologías donde todavía muchas cosas  están aún por descubrir y por hacer.

 

Soluciones concretas y rápidas frente a las cuestiones y asuntos planteados. Por una parte, en el ámbito judicial he aprendido a hacer un enorme esfuerzo para intentar resolver sin pausa, pues –por todos es sabido- que la justicia tardía no es justicia. De este modo, semanalmente no solo debía estudiar determinados asuntos para proponer una solución a los conflictos que se nos presentaban a la Sección, sino también, dentro de ese mismo plazo, debía elaborar y redactar Sentencias y Autos, materializando esas respuestas. Por otra parte, el ejercicio de la abogacía a lo largo de tantos años también me demuestra que el cliente exige respuestas o soluciones con absoluta cobertura legal, que deben ser facilitadas con celeridad y rigor jurídico. En conclusión, toda mi vida profesional he intentado resolver cuestiones y asuntos de forma analítica y práctica, conforme a Derecho. El conocimiento es imprescindible para conocer la mejor respuesta. Mi experiencia profesional me ha demostrado que no existen problemas, sino situaciones que requieren una solución adecuada. Ese es mi trabajo.

 

Innovación porque soy lo que aprendo y estoy aprendiendo constantemente. Empecé a ejercer en el año 1995. En aquel momento me apasioné por la propiedad industrial y la publicidad, con sus efectos colaterales, la competencia desleal. Sin embargo, pronto, en el año 1996 empecé a comprender la relevancia que las nuevas tecnologías e Internet tendrían en nuestras vidas. Somos unos privilegiados por asistir a un momento único que responde a la Revolución Tecnológica. La clave en mi caso: asistir a una negociación en la que un informático les vendía sus nombres de dominio a algunas de las empresas más importantes de este país porque no fueron conscientes –en aquel momento- de la relevancia que supondría tener presencia en Internet a través de una página Web. El negocio virtual es el futuro. Resulta evidente que Internet ha revolucionado nuestras relaciones profesional, sociales, amistosas, empresariales, etc. y todas estas relaciones generan ya una casuística de lo más diversa ante los Tribunales, que afectan a todo tipo de áreas jurídicas: publicidad, competencia desleal, derechos fundamentales, propiedad industrial, protección de datos de carácter personal, propiedad intelectual, responsabilidad de los prestadores de servicios en Internet, adecuación de las páginas Web a los requerimientos de la LSSI y LCU, etc. Estamos asistiendo a un cambio sin precedentes, debido a la irrupción de Internet en nuestras vidas, que cambiará radicalmente la proyección de los negocios, de las relaciones humanas y sociales, de los retos profesionales, en definitiva, que cambiará sustancialmente nuestras vidas, tal y como las entendemos hoy en día. Debemos evolucionar

 

“Todas las ideas, incluso las geniales, deben adaptarse a las nuevas realidades” Salman Rushdie.