Propiedad Industrial

Los signos distintivos, invenciones y diseños industriales son el bien intangible más preciado en el ámbito de los negocios. De hecho, hoy en día, el éxito empresarial exige una diferenciación del resto de los competidores cuya protección se otorga a través de la propiedad industrial. En primer lugar, los signos distintivos (marcas y nombres comerciales) identifican los productos y servicios con un origen empresarial. Contrariamente, si una empresa no registra su marca y no la protege, la inversión realizada en la comercialización de sus productos no le reportaría ninguna rentabilidad, puesto que sus rivales podrían utilizar la misma marca o una similar, generando una evidente confusión a los consumidores. En segundo lugar, las invenciones (patentes, modelos de utilidad, topografía de productos semiconductores, etc.) proporcionan una ventaja competitiva frente al resto, puesto que la innovación afianza una sólida posición en el mercado. Las invenciones aumentan los beneficios, a la vez que mejoran la imagen innovadora de las empresas. Por todo ello, es necesaria su protección, tanto a través de su registro, como mediante su defensa ante posibles imitaciones. Por último, en algunos sectores, la estética y el diseño de los productos marcan la diferencia entre su éxito o fracaso. Vivimos en una sociedad consumista marcada por las modas y las tendencias. Por este motivo, los diseños industriales aportan un valor añadido a los productos, que debe ser rentabilizado. Su protección impide su reproducción o imitación por terceros no autorizados. De este modo, se contribuye a disponer de productos exclusivos y únicos, que fortalecen la posición competitiva de sus titulares. Mi labor es asesorar y contribuir a que disponga de unos signos distintivos, invenciones y diseños industriales consolidados e inatacables para los competidores.